Compilación

Compilación

Es el trabajo de reunir todas las copias de textos y agruparlos para dar origen a un cúmulo mayor de textos en forma ordenada, a esto se denomina proceso canónico del antiguo testamento y nuevo testamento. 

El Antiguo Testamento tiene su pre-canon y traducción en la Septuaginta griega, y su canon según los hebreos no cristianos es a fines del siglo I y principios del siglo II en el Concilio de Jamnia o Yavne, posteriormente los masoretas seguirán trabajando en el texto; estos descendientes hebreos no cristianos compilarán el Códice Alepo y el de Leningrade que es la base textual del hebreo modificado. El Concilio de Yavne sacó algunos textos considerándolos no sagrados. Los judíos clasificaban los libros, desde el punto de vista religioso, en tres clases: 1) los “libros que contaminan las manos”, o sea, los libros sagrados en grado sumo, que después de fijado el canon podemos llamar “canónicos”; 2) los guenuzim (de la raíz ganaz, “guardar” o “esconder”), o sea, literalmente, guardados, ocultados o almacenados, y 3) los sefarim jitsonim, lit. “libros de afuera” (exteriores, extraños). En éste Concilio un rabino de nombre Ananías Ben Ezequías fue autoridad en el tema.

Báez-Camargo, G. (2000, c1980). Breve historia del canon biblico : Tercera edicion (26). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.

Cabe destacar que el hebreo antiguo se modifica a un hebreo arameisado, por lo tanto, no se puede considerar una transcripción pura, ya que es una cuasi traducción a un nuevo hebreo con tintes anticristiana; por ello la iglesia del primer siglo tomo como texto base del antiguo testamento la Septuaginta Griega que también fue base en el primer siglo para todos los hebreos del primer siglo hasta Yavne, porque no querían tener la misma fuente de verdad que la Iglesia.


Con relación al Nuevo Testamento En el segundo decenio del siglo 4, Constantino patrocinó el cristianismo al levantar la prohibición de su ejercicio en el Edicto de Milán. Solicitó a Eusebio de Cesarea crear 50 códices de las Sagradas Escrituras cristianas, pero el contenido de estos libros se perdió. Aunque la Iglesia obtuvo reconocimiento legal, el canon neotestamentario seguía siendo debatido. Hilario de Poitiers, Ambrosio de Milán y otros no aceptaron ciertos libros como Santiago, Judas, 2 Pedro y 2 y 3 Juan. Los cánones de Mommsen y el Catálogo Claromontano diferían en que libros consideraban canónicos.

Los Padres Latinos hasta la mitad del siglo excluyeron Hebreos, Santiago, 2 y 3 Juan, 2 Pedro y Judas. Sin embargo, Cirilo de Jerusalén y Gregorio de Nazianzo solo listaron 26 libros en sus cánones. Epifanio de Constancia incluyó Apocalipsis en su lista, mientras que Atanasio (295?-373) influyó en la aceptación de Apocalipsis. En su Carta de Pascua (367), Atanasio presentó la primera lista de los 27 libros del Nuevo Testamento. Mencionó dos apócrifos, el Pastor de Hermas y la Didajé, como autorizados para la instrucción religiosa.

La Vulgata, que incluyó los 27 libros del Nuevo Testamento, respaldó la discusión. San Jerónimo apreció el "Evangelio según los Hebreos", aunque no lo consideró canónico. Los sínodos y concilios, como el de Roma (382), Hipona (397) y Cartago (397), finalmente cerraron el canon del Nuevo Testamento con los 27 libros. Los códices que son el conjunto de papiros que forman los textos base para el nuevo testamento son: 

Todos estos códices conforman el texto mayoritario.