Pronombres Personales

Definiciones

1.

INTRODUCCIÓN

Personal, elemento lingüístico que posee la categoría gramatical de persona.

Se aplica este término a los pronombres personales y a todas las formas verbales, exceptuándose las llamadas no personales (denominadas también formas nominales del verbo).

2.

PRONOMBRES PERSONALES

En español, clase de palabras que admite variaciones de persona y de caso, con la que se señala a las personas que intervienen en el discurso.

1.

Forma

Unas formas son tónicas, por lo que pueden aparecer aisladas de forma autónoma: yo, tú, él, ella, ello, nosotros, nosotras, vosotros, vosotras, ellos, ellas; otras son átonas: me, te, se, lo, la, le, nos, os, los, las, les, y se combinan con verbos o derivados verbales, y otras constituyen un grupo fónico con una preposición, formando con el pronombre en ocasiones una sola palabra aglutinada: a mí, a ti, a él, de mí, de ti, de él, conmigo, contigo, consigo...

Los pronombres átonos reciben el nombre de proclíticos cuando se unen en la pronunciación al verbo que les sigue inmediatamente: te vas, nos vieron; y enclíticos cuando se unen al verbo que les antecede: cuéntamelo, pregúntale.

Todas las formas de la primera y segunda persona, excepto yo y tú, y las formas se, sí, consigo de la tercera persona, pueden ser reflexivas. Véase Reflexivo.

Las formas nos, os, se se emplean como pronombres recíprocos. Véase Recíproco.

1.

El género en los pronombres personales

En singular, yo es la primera persona, con la que se identifica el hablante al referirse a sí mismo, la persona con la que éste representa al oyente; en ninguna de estas formas se manifiesta el género masculino o femenino por ser el sexo de los interlocutores conocido por ambos. En cambio, la tercera persona, con la que se alude a la persona que no interviene en la comunicación o a aquello que no es el yo ni el tú, presenta formas masculina, femenina y neutra: él, ella, ello.

La primera persona del plural tiene una forma masculina y otra femenina: nosotros, nosotras; la primera equivale a un yo + o a un yo + él, ella, ellos o ellas; la segunda a un yo (femenino) + ella o ellas. La segunda persona del plural también presenta variación de género: vosotros, vosotras, equivalentes a un + él, ella, ellos o ellas y a un (femenino) + ella o ellas respectivamente. En la tercera persona del plural hay una forma masculina y otra femenina: ellos, ellas.

En algunas zonas de América, nosotros se emplea también como femenino.

2.

El número en los pronombres personales

Yo y hacen el plural utilizando formas que tienen diferente raíz: nosotros, nosotras, vosotros, vosotras; el pronombre de tercera persona cambia a plural de manera regular: él, el, la, ellos, ellas.

3.

El caso en los pronombres personales

Los pronombres personales son las únicas formas en las que se mantiene la categoría gramatical de caso, derivado del latín: nominativo para el sujeto y atributo, vocativo (excepto en el pronombre de primera persona), acusativo para el complemento directo, genitivo para el complemento de nombre, dativo para el complemento indirecto, y ablativo para el complemento circunstancial (véase Complementos). Por esto, dependiendo de la función sintáctica que desempeñe el pronombre en la oración tomará una forma u otra: yo, tú, usted, él, ella, nosotros, nosotras, vosotros, vosotras, ustedes, ellos, ellas para el sujeto; me, a mí, te, a ti, se, le, a él, lo, a ello, la, a ella, nos, a nos, a nosotros, a nosotras, os, a vos, a vosotros, a vosotras, se, los, las para el complemento directo...

2.

Función

Desde el punto de vista funcional, el pronombre personal realiza las mismas funciones que un sustantivo o un sintagma nominal. Sujeto: Yo pinto un cuadro; complemento directo: Lo vi en la calle; complemento indirecto: Le compré un balón; complemento circunstancial: Voy con ellos al baile; complemento de nombre o adnominal: La casa de ellos es grande; atributo o predicado nominal: ¿Ese niño eres tú?; aposición: Mis primos, ellos mismos, lo podrían hacer; Vocativo: ¡Eh, vosotros, ayudad a este amigo!

En una oración puede haber varios pronombres con funciones sintácticas diferentes.

Si tú quieres venir conmigo, me lo dices, donde es sujeto, conmigo, complemento circunstancial de compañía, me, complemento indirecto, y lo, complemento circunstancial.

Pueden combinarse con algunos determinantes o adjetivos: yo solo, tú mismo, todas vosotras, contigo mismo.

El pronombre personal sujeto suele omitirse en español, ya que se halla incluido dentro de la desinencia de la forma verbal con la que establece la concordancia; sólo es necesaria su presencia en oraciones en las que pueda existir una ambigüedad: Yo sabía que él vivía en Caracas, o cuando se tiene interés en enfatizarlo: Yo mismo lo haré. Aunque no existe un orden rígido en la colocación de los elementos de la oración, es frecuente que el sujeto vaya antes que el verbo, excepto en las oraciones interrogativas e imperativas; sin embargo, en México, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y Panamá es uso habitual que el sujeto se coloque también antes del verbo en enunciados interrogativos: ¿Qué tú quieres?

El neutro ello es una forma anafórica que nunca se refiere a ningún sustantivo anterior, puesto que no existen nombres neutros en español, sino que reproduce siempre algo dicho anteriormente, una oración: Me gusta trabajar, ello no quiere decir que no me guste también el descanso. Su función es la de sujeto, pero su uso es cada vez más limitado al tenderse a sustituirlo por un demostrativo.

3.

LEÍSMO, LAÍSMO Y LOÍSMO

El uso etimológico correcto para el complemento directo impone en singular la forma lo para masculino y neutro, y la para el femenino; y en el plural los para masculino, y las para femenino. El complemento indirecto tiene la forma le para el singular, sea cual sea su género, y les para el plural. En ciertas zonas de América, como Chile o Venezuela, se neutraliza esta diferencia.

El leísmo consiste en la utilización de le como complemento directo. Cuando el pronombre le hace referencia a una persona del género masculino la Real Academia Española lo permite, es decir, se trata de un leísmo correcto; no así cuando el pronombre le se refiere a una cosa: Le vi por Vi a Juan, es un leísmo correcto; Le escribí por Escribí un libro, es leísmo incorrecto.

El laísmo consiste en la utilización de los pronombres la o las como complemento indirecto: La di a Laura el libro; las enseñé el jardín. El laísmo es siempre incorrecto.

El loísmo es el empleo de los pronombres lo o los como complemento indirecto: Lo entregué el paquete; los escribí una carta. Aunque su uso es muy poco frecuente, es incorrecto siempre.

4.

EL PRONOMBRE SE

El pronombre se tiene muchos usos en español, que conviene saber diferenciar: variante de le, reflexivo, recíproco, impersonal, signo de pasiva refleja... y realiza diversas funciones: complemento directo, complemento indirecto, componente verbal... Véase Valores de se.

La forma del dativo se (singular y plural) procede de la evolución fonética de los pronombres le y les (complemento indirecto) antepuestos a los pronombres lo, la, los, las (complementos directos): Antonio ha regalado un reloj a Eloísa, que equivaldría a *Antonio le lo ha regalado, entonces, Antonio se lo ha regalado. En algunas zonas de Canarias y en bastantes de América, entre ellas México, Colombia, Ecuador, Perú o Venezuela, es frecuente que cuando se equivale a les, en construcciones como se lo, se la, se traspase el plural al pronombre complemento directo: Di el regalo a mis padres, o se los di.

Para el complemento circunstancial, en Ecuador y otras zonas de América, es corriente el empleo de con yo, con mi, con tú, con ti... en lugar de conmigo o contigo, más frecuentes en España.

5.

USO DE LOS PRONOMBRES PERSONALES EN RELACIÓN CON SU FORMA Y FUNCIÓN

Yo, tú, nosotros, nosotras, vosotros, vosotras son nombres personales, se emplean siempre en sustitución de un nombre propio. Las dos primeras personas de singular y plural tienen una función enunciativa o fórica, indican las personas que intervienen en el discurso (hablantes y oyentes) y tienen un claro valor identificador. Los pronombres de tercera persona él, ella, ellos, ellas pueden aludir a nombres propios o a sintagmas nominales nombrados anteriormente, por lo que son deícticos anafóricos: Saludé a Ignacio por la calle, pero él no me contestó. Algunos pronombres personales anticipan la significación de un nombre, un sintagma o una proposición que aparece en el enunciado con posterioridad a la utilización del pronombre: Le compré para su cumpleaños una carpeta de piel a mi hermana. En este caso son catafóricos.

Para referirse a la segunda persona, el hablante puede elegir entre tú, vosotros, vosotras cuando habla con individuos de su mismo entorno, con los que tiene confianza o una cierta familiaridad y usted o ustedes cuando la relación es de respeto o simplemente no existe familiaridad entre ellos, bien porque no se conocen o porque entre el hablante y su interlocutor hay una marcada diferencia de edad, estatus social...

Usted proviene del antiguo vuestra merced, tratamiento de respeto y cortesía; por eso, aunque es una segunda persona, gramaticalmente acompaña a formas verbales de tercera persona para expresar los mismos valores que en la antigüedad: ¿Es usted Marcelo?; pasen ustedes primero. En Andalucía y Canarias el pronombre personal de segunda persona del plural ha sido desplazado por la forma ustedes: ¿Ustedes venís mañana?

Vos, que en español antiguo se utilizó en lugar de como forma de respeto, conserva todavía este carácter en textos diplomáticos o sagrados: A vos imploro, Santa María. En el siglo XVI, vos pasó a usarse como tratamiento de confianza entre iguales o con inferiores, al igual que tú. En Argentina, Uruguay, Paraguay y en algunas zonas de América Central y México, vos ha sustituido casi por completo a las formas tu, ti, fenómeno que se ha denominado voseo y que afecta también a la conjugación verbal: Vos tenés, vos partiste, cantás, viniste. En Colombia, Venezuela, Chile, Ecuador, Perú alterna con y con usted: tú tenés, vos tienes, usted tienes.

Es muy frecuente en casi toda América la desaparición del pronombre personal de segunda persona del plural vosotros, vosotras, sustituida por ustedes, lo que hace que tampoco se use la segunda persona del plural de las formas verbales, con lo que el paradigma de cada tiempo se ha quedado reducido en la práctica a cinco formas.

En España, el uso de va haciéndose cada vez más general, en detrimento de usted.

Nos puede utilizarse como plural mayestático en boca del rey, papa, obispos u arzobispos, en lugar del singular de primera persona yo, concordando en plural con el verbo: Nos mandamos..., Nos pedimos...

Nosotros puede emplearse como plural de modestia en lugar de yo: Nosotros pensamos...

En ocasiones el pronombre personal se utiliza pleonásticamente: A mí me gusta esta ciudad; a vosotros os encuentro tristes.

Clase 1.2.9 y 10 Pronombres y Pro personales 

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